El Roscón de Reyes es un pastel típico navideño, en forma de anillo, relleno de mazapán, que lleva fruta confitada, piñones y azúcar lustre por encima, y está decorado con una corona dorada de cartón en el centro del pastel. En los últimos tiempos también se han popularizado los Roscones de Reyes rellenos de chocolate, nata o crema, entre otros.
El tamaño estándar de un Roscón de Reyes es de unos 50 centímetros de diámetro y salen unas 8 porciones, aunque actualmente se hacen de muchos tamaños.
El roscón de Reyes se suele comer el 6 de enero, para celebrar el Día de Reyes, y contiene dos sorpresas escondidas: una haba seca y una figurita (normalmente de uno de los Reyes). Según la tradición, el que encuentra la figurita dentro de su trozo es coronado, mientras que quien encuentra el haba es a quien le toca pagar el roscón.