Casi todo el mundo sabe que el oro, el incienso y la mirra son los tres regalos que los Reyes Magos le llevaron al niño Jesús, cuando lo fueron a adorar. Pero mucha gente desconoce el auténtico significado de estas ofrendas.
Del mismo modo, la mayoría de la gente sabe lo que son el oro y el incienso, pero pocas personas saben lo que es la mirra.
En este artículo tratamos de aclararte todas tus dudas acerca de los regalos de los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar.
Contenidos
Significado de los regalos de los Reyes Magos a Jesús
El verdadero valor de estos tres obsequios está más en el plano simbólico que en el material, así pues sus significados son los siguientes:
Oro: el regalo de Melchor
El oro se relaciona con la riqueza y el poder, y quien tenía era considerado el Rey. Por tanto, con este presente Jesús era reconocido como Rey de Reyes. El oro es el regalo del Rey Melchor.
Incienso: la ofrenda de Gaspar
El incienso, que viene de Oriente, es símbolo de la adoración a Dios, ya que se utiliza en muchas ceremonias religiosas. Así pues, con el incienso se identifica a Jesús como Dios. El incienso es la ofrenda del Rey Gaspar.
Mirra: el presente de Baltasar
La mirra, era un bálsamo muy preciado, que representa la condición humana, ya que es roja, como la sangre, y se usaba para embalsamar a los difuntos. Por lo tanto: Se reconoce en Jesús el hombre que tiene que sufrir para salvar al resto de la humanidad. El Rey Mago que lleva la mirra es el Rey Baltasar.
¿Por qué oro, incienso y mirra?
El porqué de la elección de estas tres ofrendas es, en resumen, que el oro es el símbolo de Rey, el incienso simboliza a Dios y la mirra representa al hombre. «Rey, Dios y hombre», las tres dimensiones de Jesús de Nazaret según la Iglesia católica.
El oro, el incienso y la mirra en la Biblia
Uno de los pocos detalles que aparece en la biblia sobre los Reyes Magos es precisamente los regalos que le llevaron a Jesús: el oro, el incienso y la mirra.
Además, el principal motivo por el que el número de Reyes Magos quedaría fijado en tres es, justamente, por los tres tipos de regalos que le llevaron al niño Jesús: uno por cada Rey.